Un avance potencial: el análisis de sangre es prometedor para diagnosticar la fatiga crónica y el COVID prolongado

12

El síndrome de fatiga crónica (SFC) y la COVID prolongada (dos afecciones debilitantes caracterizadas por fatiga persistente y una serie de otros síntomas preocupantes) plantean importantes desafíos de diagnóstico. Actualmente, identificar estas enfermedades depende en gran medida de la evaluación de los síntomas y de descartar otras posibilidades, un proceso que puede resultar largo y frustrante para los pacientes. Sin embargo, una investigación reciente ofrece un rayo de esperanza: un análisis de sangre con el potencial de diagnosticar con precisión tanto el SFC como el COVID prolongado está mostrando resultados prometedores.

El estudio, publicado en el Journal of Translational Medicine, analizó muestras de sangre de personas diagnosticadas con SFC grave y las comparó con muestras de voluntarios sanos. Los investigadores descubrieron patrones genéticos distintivos y cientos de diferencias biológicas entre quienes padecen SFC y quienes no padecen la afección. Al analizar estos factores en una muestra de sangre, lograron una impresionante precisión del 92 % en la identificación de personas con SFC y una tasa de precisión del 98 % en la identificación correcta de aquellos que no lo padecían.

Si bien esta investigación se centró principalmente en el SFC, las implicaciones se extienden a la COVID prolongada. Las dos condiciones comparten una superposición biológica significativa. El Dr. Dmitry Pshezhetskiy, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de East Anglia, explica que tanto el SFC como el COVID prolongado pueden crear “firmas” detectables similares en el ADN y la biología, dejando esencialmente una huella digital biológica. Esto sugiere que la prueba desarrollada para el SFC podría adaptarse potencialmente para diagnosticar COVID prolongado con un mayor refinamiento y validación a través de estudios a mayor escala.

El impacto potencial en los pacientes que padecen estas condiciones debilitantes es profundo. El Dr. James C. Jackson, PsyD, profesor investigador de Medicina en el Centro Médico Vanderbilt y autor de Despejando la niebla: de sobrevivir a prosperar con Covid prolongado: una guía práctica, subraya las dificultades que enfrentan los médicos al diagnosticar el COVID prolongado.

“A falta de una prueba objetiva, diagnosticar la COVID prolongada es un desafío… a menudo es un diagnóstico de exclusión”, explica. Este proceso puede consumir mucho tiempo y recursos tanto para los pacientes como para los proveedores de atención médica. Un análisis de sangre confiable agilizaría este proceso y proporcionaría respuestas más rápidas y definitivas.

De manera similar, en el caso del SFC, la actual dependencia de la evaluación de los síntomas y el rechazo de otras afecciones a menudo conduce a largos recorridos de diagnóstico. Un análisis de sangre validado ofrecería la tan necesaria claridad y aceleraría el acceso al tratamiento adecuado.

Aunque los investigadores son optimistas sobre el potencial de este análisis de sangre, es fundamental recordar que aún se encuentra en sus primeras etapas. El estudio fue financiado por una empresa de biotecnología y se necesitan ensayos a mayor escala para confirmar su precisión y seguridad antes de que esté ampliamente disponible. No obstante, esta innovadora investigación ofrece un rayo de esperanza para millones de personas que viven con estas condiciones a menudo incomprendidas y debilitantes.